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"Claroscuro": distribución de la luz y de las sombras.
Creo, que todas las personas que alguna vez se hayan propuesto aunar su voluntad (siempre mejor si va aderezada de buenas intenciones), con ese irreprimible deseo que nos incita a participar en la realización de cualquier acción creativa, intentando dejar un poso de sus mejores sueños; estará de acuerdo en compartir esta definición de "Claroscuro“. Pues cualquier manifestación artística, difícilmente podría ser otra cosa que la combinación, con mayor o menor fortuna, de luces y sombras; mezcladas aleatoriamente en el infinito mosaico de actitudes y aptitudes regaladas por nuestra imaginación.
Y seguro que aún se podría ir un paso más allá. Porque nuestro estado de ánimo, nuestras decisiones, nuestros amores, nuestras ansias, nuestros deseos, nuestros pensamientos, desde los más cotidianos y funcionales hasta los más íntimos y profundos...; en suma, nuestra vida se fragua y se nutre con esa combinación mágica e imprevisible.
En estas estábamos nosotros, cada uno por su lado, aliñando nuestras respectivas vidas con los más variados quehaceres laborales, cuando empezamos a sentir que nuevamente, como ya pasara en otros momentos de nuestra existencia; se habían colado de rondón en nuestros días y en nuestras voluntades, unas palabras que iban formando historias, y unos sonidos que se convertían en músicas. Todo ello con la suficiente fuerza, como para exigirnos: un espacio propio..., una vida en común..., un tiempo para compartir con todos aquellos que estuvieran decididos a cederles un poco del suyo, armados únicamente con la intimidad que se regala quien desea escuchar. O lo que lo mismo, nos reclamaban, sin el menor asomo de duda, que nos dejáramos de rollos, y les hiciéramos un hueco en este atribulado y complejo Universo Mundo, confirmando su existencia en forma de C.D, que ellas ya se buscarían la vida de ahí en adelante. Ante unos hechos tan consumados, y por qué no decirlo, dueños de esa natural y legítima excitación que siempre acompaña a la insólita, fascinadora y, tantas veces doliente, vocación creativa; no tuvimos más remedio que reconocer, alejados de cualquier asomo de pudor; que habíamos parido una nueva colección de canciones.
Lo que vino después, se podría resumir en pocas palabras: trabajo, trabajo, y... mucho trabajo.
No podría ser de otra forma, al proponernos trasladar a un soporte sonoro toda esa amalgama de piruetas de la imaginación, sin ayuda técnica alguna, con la lógica exigencia de calidad que nos habíamos impuesto, y que el mercado de la era digital exige. Lo que vengo a decir: es que desde el principio tuvimos absolutamente claro que nuestra participación en este proyecto, iría más allá de la mera composición de las canciones. Ya que no entendíamos todo este seductor y extraordinario esfuerzo si no concluíamos la tarea: con la ejecución de todos los instrumentos, la confección de los arreglos musicales, la producción general, y la grabación final en nuestro propio estudio. Ese era el reto que mantenía despierta nuestra ilusión: conseguir desarrollar lo que nosotros entendemos como una Obra de Autor plena. Convirtiendo en un todo: desde la unión del primer verso con el primer acorde, hasta el diseño y la realización del arte final de la portada y las páginas interiores que acompañarían al disco en su presentación definitiva.
Inevitablemente, toda esa labor de autogestión, fue larga y compleja. Haciendo que en más de una ocasión llegáramos a pensar si en realidad lo que perseguíamos era un sueño, o simplemente estábamos inmersos en un delirio. Pero sinceramente, al final, siempre nos animaba a continuar: no solamente culminar dignamente algo que desde siempre habíamos imaginado que alguna vez haríamos, sino la posibilidad de poder compartir esta nueva aventura, con todas y cada una de esas personas anónimas o cercanas, que con la mejor de las intenciones, nos han alentado durante todo este tiempo a que prolongáramos un paso más allá nuestra obra común. Acompañándonos de forma cariñosa y en silencio, consiguiendo desde nuestros primeros discos, hasta las últimas recopilaciones, de manera cuasi clandestina. Sabíamos que era complicado pero estábamos seguros de que lo queríamos así, pues aunque no se conozca profundamente el funcionamiento de la ‘Industria de la Música’, a nadie resultará difícil imaginar: que viajar en estos tiempos que corren alejados del ciclón del marketing, es una misión comercialmente suicida. Pero sin ánimo de resultar excesivos, os podemos jurar... que tiene su encanto.
Está de mas deciros que no tenemos voluntad de mártires, ni pretendemos hacer un canto fatuo y gratuito a una falsa humildad. Aunque a estas alturas, si algo tenemos claro, es que el único éxito del que podemos presumir sin avergonzarnos, es el de haber mantenido intacta nuestra libertad creativa desde las primeras canciones, allá por la prehistoria, hasta estas últimas que ahora os entregamos. Nuevas y llenas de ganas de vivir y compartir; sin perder ni un ápice de esa vocación de intimidad que nos sigue uniendo a todos y cada uno de vosotros. Y es que realmente sentimos que os conocemos, o al menos, os imaginamos, más que como seguidores, como aliados de una idea que sigue bullendo arraigada en nuestra voluntad, y que nos permite seguir creyendo: que "cantar es una gota de esperanza".
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